Mi abuela se llama María del
Pilar Roca Quintana y quiero hablar de ella ya que ha sido la persona que me ha
cuidado cuando yo era pequeña porque mis padres trabajaban. Gracias a sus
enseñanzas soy la persona que soy, y si no hubiera sido por ella, a lo mejor
ahora no estaría escribiendo esta biografía sobre ella. No me imagino una vida
sin ella ya que está ahí cuando la necesito, para lo bueno y para lo malo,
siempre puedo contar con ella para lo que quiera.
Mi abuela nació el 15 de
noviembre de 1954 en La Tejera de Bazuelo, Mieres. En su casa vivían nueve
personas: su padre, su madre, sus dos hermanos, y sus cuatro hermanas y ella.
Mi abuela tenía una hermana que era mayor que ella que murió cuando era bebé
por un ataque de lombrices en el estómago; se llamaba Pilar, al morir, después
tuvieron a mi abuela y le pusieron su nombre. Ella ocupa el cuarto lugar de una
familia de siete hermanos.
Su madre tenía un bar en frente
de las minas de la Mariana. Su padre era minero y, tras acabar una dura jornada
laboral, todos los días iba a trabajar sus huertas.
Cuando era pequeña, no tenían
juguetes pero en aquellos tiempos, por la tarde, iban todos los niños de
pueblos de alrededor a jugar todos juntos. Se pasaban la tarde entera
entretenidos jugando al escondelerite, a la goma, a la comba y a las cocinitas
con latas de conserva y hojas de los árboles.
En su casa no había ni
televisión ni radio; a veces, cuando iban a un bar, leían el periódico o
hablaban entre amigos.
Durante su vida vivió en La
Tejera de Bazuelo, en La Mariana y en Rioturbio.
Mi abuela fue al Liceo de
Mieres durante tres años, desde los 11 a los 14 años. No pudo ir más porque en
aquellos tiempos, para poder estudiar, había que pagar y, como eran muchos
hermanos, no tenían suficiente dinero para que fueran todos; pero esos tres
años le fueron suficientes para saber bastantes cosas. Ella estudiaba las
mismas asignaturas que ahora pero con menos contenido, ya que de esos años
hasta ahora se descubrieron muchas cosas que antes no se conocían.
Cuando ella tuvo 15 años,
empezó a trabajar en una sastrería pero, como cobraba muy poco y tenía que
trabajar mucho, el padre le dijo que no siguiera y dejó de trabajar.
A los 19 años se casó con mi
abuelo. Solo tuvo dos hijas, la mayor al año siguiente de casarse (mi madre) y
la menor cuatro años después.
Lo que recuerda con más
cariño ahora es su infancia, la forma en que cambió la niñez de ahora comparada
con la de antes. Ella dice que antes no había enemistades, todos los niños
jugaban juntos, no importaba la edad, ya que lo que se buscaba era pasar un
buen rato y ahora, como existe mucha tecnología, los niños ya no salen casi a
la calle, prefieren quedarse en casa jugando con los móviles; a veces, salen a
jugar a algún deporte pero no mucha gente. Sí es verdad que ahora hay que
estudiar más que antes y a lo mejor no hay bastante tiempo pero, si tienen un
rato libre, lo pasan viendo la televisión. Eso es lo que piensa mi abuela sobre
los jóvenes de ahora y tiene razón.
También ha querido explicarme
cómo ha cambiado el pueblo desde que ella era pequeña hasta ahora. Antes había
minería, con lo cual había bastante trabajo lo que produjo mucha inmigración,
pero ahora le gente joven, sobre todo, emigra al extranjero para estudiar o trabajar
porque aquí ya no hay dónde conseguir trabajo.
Mi abuela materna es como una
segunda madre para mí porque he pasado toda mi vida a su lado. Todo lo que sé
ahora fue gracias a ella y no me imagino una vida sin ella.
Me ha enseñado cómo
sobrevivir en este mundo y que nada es imposible si lo intentas. También me
dijo que no me rinda jamás, que luche por lo que quiera conseguir porque lo voy
a lograr.
Aleida Iglesias Escaladas. 2º de ESO
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