Mi abuela se llamaba Pilar López Andrés. Nació un
12 de enero de 1933 en la calle Larra de Madrid. Tuvo un hermano mayor que
ella, solo se llevaban doce meses, y su nombre era Cándido. Su hermano sufrió
con apenas nueve meses una meningitis, que le causó daños cerebrales y, aunque
su aspecto era el de un niño normal, su mente no iba al mismo ritmo.
Con su hermano. 1936 |
Paseando con su madre y su hermano. 1944 |
Mi abuela fue a la escuela pero pocos años, ya que
al quedar su madre viuda y su hermano discapacitado, ella tuvo que ayudar a su
madre con la casa. A pesar de todo, aprendió a leer, escribir, sumar, restar,
etc.
Ella quiso haber sido bailarina de ballet español,
pero fueron tiempos difíciles y su sueño no se cumplió.
Recordaba la escuela con castigos que hicieron que
tuviese miedo a algunas cosas: por ejemplo, no soportaba la oscuridad porque en
el colegio la castigaban en un cuarto oscuro.
Mi abuela se casó un 6 de septiembre de 1957 a la
edad de 24 años. Su boda siempre la recordó como un día muy especial en el que
su familia y amigos compartieron con ella tanta felicidad. Fueron de luna de
miel a Zaragoza.
Mi abuela tuvo tres hijos quienes se instalaron en
casa de su suegra en el barrio de Cuatro Caminos. Allí vivió hasta que su
marido murió, que fueron más de 40 años.
Ella nunca trabajó fuera de la casa porque en esa
época a la mujer la educaban para atender el hogar.
Su mejor experiencia fue cuando celebró las bodas
de plata (25 años): ella y su marido se fueron a Canarias y, por primera vez,
montó en avión. La otra experiencia que le gustó también mucho fue un viaje al
Vaticano y conocer al Papa en persona; fue algo muy emocionante.
A pesar de haber tenido que vivir tiempos
difíciles, ella disfrutó de una madurez buena, conoció a sus cuatro nietos y
los colmó de cariño.
Mi abuela, mi abuelo y mi madre |
Los últimos cinco años de su vida los pasó en
Almería, ya que al morirse su marido, quedarse en Madrid le traía demasiados
recuerdos.
Murió el 9 de marzo de 2010.
Este trabajo lo he realizado con la ayuda de mi
madre. Gracias a lo que ella me ha contado y las fotos que me dio he conocido
más a mi abuela y me he dado cuenta de lo fácil que lo tenemos ahora todo.
Si no preguntamos a las personas mayores, no
sabremos nunca cómo fue el pasado. Es importante escucharlas porque tienen
muchas historias que contarnos.
Enhorabuena Lidia, por esa familia tan extraordinaria y por este relato tan bien escrito y tan emocionante.
ResponderEliminarLeer y escribir abre muchos mundos y nos hace más felices. Un abrazo.Blanca Núñez