El 1 de junio tuvo lugar en nuestro instituto una de
las tantas charlas que recibimos a lo largo del curso. Pero esta no fue como
las demás. Estuvimos cerca de tres horas y media sumergidos en el mundo hip hop de la mano de César Frey. Puede
que este nombre no sea conocido para mucha gente, pero si mencionamos su alias,
todo el mundo sabe quién es. Este gran artista, que decoró los muros del patio
de la casa de El Langui (en los que dejó un pedazo de nuestra tierra, pues allí
quedaron plasmados los lagos de Covadonga), expuso en ARCO, la feria de arte
más importante del país e incluso pinta para la galería Durán) es El Séptimo
Crío, quien habla a través de las paredes, y nos deja en la memoria imágenes
para las que no hacen falta palabras ni intérpretes. A golpe de vista, es capaz
de transmitirnos su mensaje ayudándose solo de un espray, sus manos y su
imaginación, realizando verdaderas obras de arte al alcance de todo el mundo.
Tras esta introducción, empezaremos a hablar del
mundo en el que nos introdujimos durante toda la mañana.
El hip hop es una cultura que engloba desde DJs hasta movimientos como el grafiti,
el break dance y el rap. Nace en el
Bronx, un barrio neoyorquino, en una época de desempleo y pobreza. Los niños se
encontraban desamparados ya que sus familias debían hacer todo lo posible para
sobrevivir. Esta cultura surge como el salvavidas que rescata a una sociedad a
la deriva, sin casi salida.
La televisión comenzó a retransmitir programas de
baile y luego las personas se reunían en la calle para interpretar los pasos
que habían aprendido. Así, podían evadirse de la trágica situación que les
rodeaba. Por desgracia, la falta de futuro en la sociedad fomentó la creación
de pandillas que causaban peleas, e incluso la muerte, tiñendo de amargura la
felicidad que hacía poco habían encontrado.
Pero un expandillero pacifista decidió acabar con
este problema. ¿Por qué en lugar de exprimir la alegría y unirse para afrontar
el momento de caos que estaban viviendo debido a los gobiernos decidían
dividirse y matarse unos a otros? Así fue cómo Bambaataa comenzó a desarrollar
la música hip hop organizando encuentros y batallas en locales donde había DJs, MCs (personas que animaban a bailar
y acompañaban al DJ con rimas),
bailarines y grafiteros.
El grafiti y el rap son artes reivindicativas, que
lanzan mensajes a los gobernantes y a una sociedad contaminada. Protestan por
cómo los seres humanos somos capaces de atacarnos unos a otros sin piedad. Una
de las frases mencionadas que más me gustó fue la siguiente: Mientras los gobiernos y la prensa mientan,
las paredes seguirán hablando. En este sentido, César Frey nos recordó que
en los años 80, en Estados Unidos, estaba prohibida la venta de botes de
pintura a menores de edad y solo se podían comprar presentado un carné que
identificara a la persona (como en la venta de armas). O también que el beat box son sonidos que se realizan
exclusivamente con la boca, y nació en las cárceles.
Gracias a eso, esta cultura es la única que no le
gusta al poder, por lo que cada vez es más fuerte, al contrario que otras. Por
ejemplo, el poder establecido corrompió el movimiento hippie deslegitimándolo y transformándolo en elitista.
Volviendo al hip hop, nos adentraremos ahora en el break dance (como su propio nombre indica, “baile roto”), que deja a la persona que
baila expresar sus sentimientos sin seguir unos pasos fijos.
Posee dos
variantes: el popping, que consiste
en realizar movimientos impropios de una persona, y el break dance propiamente dicho. En este vídeo se puede apreciar la dificultad del popping, y aunque no lo parezca, es todo real, no hay efectos de edición.
En las competiciones, no se
discrimina a nadie por su sexo o capacidades físicas, todas las personas
compiten entre sí (la sociedad podría tomar ejemplo de esto). Gracias a la
tolerancia y a la unión, Junior (francés, campeón mundial de break dance) puede triunfar a pesar de
su cojera.
Y Terra, compatriota de este, fue proclamada campeona del mundo de
este baile con solo 8 años de edad. La unión hace la fuerza, y gracias a ella
podemos superarnos y alcanzar los objetivos que queramos.
En España, el primer movimiento hip hop se produjo en
septiembre de 1984, a través de las bases militares estadounidenses.
Actualmente cada vez tiene más cabida en nuestro país, algo que nos alegra
mucho pues tenemos la esperanza de que el hip hop consiga cambiar la mentalidad
de ciertas personas.
Así, Francisco Reyes (“Paston”) es un grafitero que en estos momentos
da clases en la Universidad Complutense de Madrid (el único en España; seis en
todo el mundo). Además, tanto él como El Séptimo Crío expusieron en ARCO y en
la galería Durán. A pesar de ello, explicaremos el porqué del desagrado que
muestran ambos hacia la industria del arte en España. Según nos explicó César,
el mercado del arte se estructura en círculos concéntricos en cuyo interior se
situarían las personas que son propietarias de una galería, quienes deciden si
una obra tiene valor o no. Los críticos (poco tienen de eso) se encargan de que
la prensa lo transmita al último escalón, los compradores, quienes pagan verdaderas
fortunas por algunas “obras” sin sentido. Sin ir más lejos, el año pasado se
llegaron a pagar 20 000 euros por un vaso de agua medio lleno, únicamente
porque alguien dijo que tenía ese valor, sin justificación alguna.
Por último, César Frey también nos habló de sus
obras, reconociendo que él no podía hacer siempre lo que quería ya que están
cargadas de una gran crítica social y, al trabajar para otras personas, tiene
que pintar lo que le digan, sin poner mensajes críticos, que es lo que en
realidad le gusta.
Nuestra conclusión sobre todo lo comentado en la
charla tiene solo pensamientos positivos. Creemos que el hip hop es la palabra que mejor identifica a aquellas personas que
quieren cambiar la sociedad.
Esta charla es la que más nos ha gustado del curso,
ya que trató sobre un tema que nos interesa mucho y, por eso, se nos hizo muy
amena y divertida. Las horas pasaban sin que nos diéramos cuenta; podríamos
estar escuchando a César Frey todo el día.
Sara Vera Kozel Álvarez,
con aportaciones de Bárbara
Fernández Llaneza,
Inés Torrón González
y Álvaro Vázquez Sánchez.
Sara con César Frey, El Séptimo Crío |
Sara junto a su compañera Erika |
Foto de grupo: Bárbara (tercera a la izquierda, de la primera fila) e Inés (dos filas más atrás de Bárbara) |
César Frey en el Departamento de Lengua |
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