Esta es la historia de mi bisabuelo, mi bisabuela y
mi abuelo, historia que me contó mi madre, Pili.
El 21 de octubre, Asturias cayó en manos de los
nacionales. En la guerra civil luchaban “los rojos” contra “los nacionales”.
Eugenio, aunque no estaba en la guerra, apoyaba al bando rojo.
Los nacionales, cuando se hicieron con Asturias,
empezaron a fusilar rojos, encarcelarlos o incluso los mandaban a luchar contra
su propio bando.
A Eugenio lo denunció el jefe de la Falange de Ujo, por sus
antecedentes marxistas: pertenecer a la Unión General de
Trabajadores y estar afiliado al Partido Comunista .
La denuncia fue firmada el 6 de noviembre y el juicio
de Eugenio, junto a cuatro personas más, se realizó el 19 de noviembre de 1937.
Mi tía abuela, al ver salir gente del cuartel y
llevarlos hasta una finca cerca del cementerio de Ujo, los siguió, pensando que
era su padre. Los guardias civiles llevaban perros y a un señor le mandaron
cavar. El señor cavó hasta que se dio cuenta de que estaba cavando su propia
tumba. Los perros, cuando estaba ya enterrado, lo mordieron y “jugaron” con él,
aunque el señor todavía estaba vivo.
A Eugenio lo llevaron a la cárcel de Mieres antes de
fusilarlo en el cementerio de Mieres, el día 14 de diciembre de 1937.
Mi bisabuela, Asunción, quedó viuda, tuvo que cuidar
a 8 hijos y, sin opciones, se dedicó al estraperlo: la comida y provisiones
escaseaban, entonces lo que mucha gente hacía era colarse en los trenes, sobre
todo en los que iban para Madrid o Gijón, ya que era más fácil disimular la
carga que traían de León porque siempre estaba lleno de gente y la Guardia Civil
no solía revisar los paquetes. Otra cosa era evitar los controles de los
fiscales que esperaban en las Órdenes para cobrar impuestos o requisar directamente
todo lo que se traía de tapadillo desde La Meseta. Antes
de llegar a las estaciones, no era raro contemplar algunos puntos de
lanzamiento de paquetes que eran esperados desde la orilla de la vía. Sí
resultaba más extraña la coincidencia de varias embarazadas en el mismo viaje,
o lo frioleros que eran algunos, que no dejaban el abrigo ni en los días más
calurosos de verano.
A quienes se dedicaban al estraperlo, mujeres de
presos o gente sin trabajo, no les quedaba otra salida.
El hijo mayor, mi abuelo, quien también se llamaba Eugenio, tenía 19 años y estaba en la guerra cuando cayó preso. Estuvo
tres años en un batallón de trabajadores en Madrid y algún sitio más dedicándose
a hacer carreteras.
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Copia de la denuncia. Eugenio (el Gijonés), es el cuarto de esta lista negra. |
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Copia de la denuncia. Reverso |
Eugenio puede considerarse como una víctima de la
represión de la inmediata postguerra ya que la Guerra Civil terminó
en Asturias el 21 de octubre de 1937.
BASE DE DATOS DE LAS
VÍCTIMAS DE LA GUERRA
CIVIL Y DE LA REPRESIÓN FRANQUISTA EN ASTURIAS. UNIVERSIDAD DE
OVIEDO.
EUGENIO GONZÁLEZ FRUTOS
Aparece en el Libro de Defunciones del Registro Civil
de Mieres (Volumen 73, número de asiento 1390).
·
Hijo de Tomás y
Concepción.
·
Natural de Ávila
y vecino de Ujo.
·
Casado con
Asunción Fernández; 8 hijos.
·
Tenía 49 años en
el momento de su defunción.
·
Fallecido en 10
de diciembre de 1937 en Mieres. Fusilado sin juicio previo.
·
Enterrado en
Mieres.
Según el Libro Registro de Enterramientos del
cementerio de Mieres fue enterrado en el cuartel número 12, sepultura 4ª, fila
novena.
Información facilitada por el profesor de Historia e investigador, Pedro Alonso García.
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