"LLa lengua nace con el pueblo; que vuelva a él, que se funda con él, porque el pueblo es el verdadero dueño de la lengua". Miguel Delibes a lengua nace con el pueblo; que vuelva a él, que se funda con él, porque el pueblo es el verdadero dueño de la lengua". Miguel Delibes

viernes, 12 de febrero de 2016

EL DIARIO DE MANJOU



Xana Gómez Fernández (3º de ESO), asesorada por su profesora de Lengua, Noemí González García, se pone en la piel de una adolescente de Burkina Fasso para escribir este conmovedor diario, en el que se subraya la condición de la mujer en muchos lugares de África.




                                          Día 3 de junio de 2015



Me desperté temprano porque mis hermanos Mustafa, Yahia, Yacub y Ali tenían que ir al colegio y tuve que prepararles el desayuno del que ni mis hermanas ni yo probaríamos nada.

Cuando se fueron mis hermanos, mi madre me obligó a ir con mis hermanas a por agua; dice que es nuestro deber si queremos convertirnos en grandes mujeres para nuestros maridos, menuda tontería.

Estuvimos caminando casi 5 kilómetros hasta encontrar el primer pozo de agua, yo tenía los pies destrozados por las piedras y mis hermanas estaban agotadas. Cogimos cada una un cubo de agua y volvimos a la aldea. A llegar a casa, mi madre ya había  hecho la comida (poca porque las cosechas de este año son malísimas.)

Después de comer me fui con mi madre a ver las tierras de los cultivos. Mientras miraba si todo estaba bien, oía cómo mi madre y mi abuela discutían sobre la ablación de mi hermana Aisha; mi madre no quería que se la hicieran, ya que el gobierno lo ha prohibido, pero eso a mi abuela le daba totalmente igual porque Aisha no encontraría un buen marido.

Al oírlas hablar recordaba cómo había sido mi ablación. De pequeña siempre tuve muchas ganas y pensaba que era todo un honor, pero mi idea cambió el día que me la hicieron, fue un infierno; ahora no puedo ni hacer pis a gusto y siempre tengo pesadillas sobre ese día.
                                                                              

                                                                                                        Día 6 de junio de 2015


Hoy ha empezado al colegio mi hermano más pequeño, Hamza, estaba muy emocionado.

Mientras todos estaban en el colegio, a las mujeres de la aldea nos enseñaron a hacer joyas con piedras, ¡me hice dos collares preciosos!

Cuando volvieron mis hermanos, fuimos a comer al centro del pueblo con todos los vecinos.

Le pregunté a mi hermano qué tal le había ido en el colegio y si había aprendido mucho y él me dijo que lo había pasado fatal porque tenía bastante hambre y no podía seguir el ritmo de las clases bien del todo (ojalá yo pudiera decir eso, ojalá pudiera ir a clase…)

Pasamos toda la tarde en el pueblo bailando y rezando a Alá para que hiciera llover y poder tener buenas cosechas.

Por la noche volví a rezar, últimamente las cosas están muy mal en casa... hay sequía, mi hermano lo pasa mal en clase y próximamente será la ablación de mi hermana…

Y hablando de la ablación de mi hermana...no sé qué hacer para ayudarla, ya le dije que podía huir, que yo la ayudaría, pero no me hace caso, está convencida de que quiere que le hagan la ablación.          

                                                                                          
 Día 12 de junio de 2015


El otro día mi hermana se puso enferma de sarampión, lo que por una parte fue bueno porque así su ablación no será tan pronto pero el centro de salud más cercano está a 60 kilómetros, y, claro, tuve que llevarla yo por ser la mayor; por si fuera poco, a mi hermano le pegaron una diarrea en el colegio…

De camino al centro de salud, mi hermano empezó a tener mucha sed y no podía casi caminar, así que lo llevé en mis brazos.

Al día siguiente, cuando llegamos al centro de salud, poco podían hacer por mi hermano porque había muerto durante el camino. Me siento culpable de no haber llegado más rápido… Con mi hermana hicieron lo que pudieron; ahora está mejor pero había pocas medicinas, así que tuvimos que esperar unos cuantos días a que trajeran más.

En el camino de vuelta iba pensando en por qué no podía ser mi hermana la que hubiera muerto, no quiero que sufra la pesadilla de la ablación… Ella parecía contenta, me decía que por fin iba a ser una mujer de verdad…

Al llegar a casa, a nadie de mi familia pareció importarle la muerte de mi hermano; era normal, cada día morían niños en la aldea y si llegabas a los 6 años era un milagro.

Espero que las cosas mejoren.





                                               Día 24 de junio de 2015



Llevo varios días sin escribir porque estuve demasiado ocupada: tuve que ir todos los días a por agua para cocinar y regar el huerto, se produjo la ablación de mi hermana…

Hace tres días fue la ablación. Mi madre y yo estábamos intentado que Aisha escapara, pero es tan cabezona ella... Se la hizo mi abuela y todas las mujeres del pueblo lo estuvieron viendo. Ahora ella se encuentra mal porque le duele, yo ya la avisé.

Después de su ablación, en la aldea hicieron un “funeral” por el espíritu de mi hermano; lo pasé mal, todos me miraban a mí, ¡como si yo tuviera la culpa!

De lo malo, dicen que mañana va a venir una ONG a ayudarnos a traer agua, a vacunarnos.

¡Ah, sí! Creo que este año mis hermanas y yo podremos ir a la escuela, nos lo dijo la mujer del jefe de la aldea, porque esa ONG va a traer también a gente para que enseñe a las niñas, por lo menos las cosas básicas que necesitamos.

Por lo menos no todo es malo…

                                                                                                      



                                                Día 26 de junio de 2015



Ayer fue un día fantástico, ¡me vacunaron! Bueno, me dolió un poco, pero así no cogeré muchas enfermedades; también nos trajeron alimentos que habrá que racionar porque no nos durarán nada.

También vino un hombre y nos dio una clase de matemáticas, me costó entenderle pero aun así me encantó.

Luego acompañé a la gente que vino a los pozos de agua y mientras tanto fui hablando con una chica blanca. Me preguntó cómo podíamos ser felices con tan poco y yo le dije que si allí tenían más cosas. Ella contestó que sí, que tenían un montón de cosas, que sus casas eran más grandes y tenían más ropa, y que con tan solo cruzar la calle tenían comida y por eso venía aquí, para conocer otras culturas… ¡Qué envidia! Ya me gustaría a mí viajar para conocer otras culturas.

Cambiando de tema, mi hermana está mucho mejor, ahora me dice que debía haberme hecho caso y que sí, que fue un infierno y no había sentido tanto dolor en su vida.

Quizás ahora no, ni dentro de unos meses, pero estoy segura que de algún día podré viajar y conocer lugares nuevos. Todavía soy joven y me queda mucha vida por delante.


3 comentarios:

  1. Precioso diario, Xana. Has sabido reflejar perfectamente, con un estilo sencillo y depurado, la dura realidad que viven muchísimas adolescentes en algunos lugares de África. ¡Enhorabuena!

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  2. Me ha encantado. Felicidades Xana.
    Blanca Núñez

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  3. A mi tamién me prestó pola vida, Xana. Norabona, sigue asina.

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