Mi abuelo Tista trabajaba en la mina, en el pozo San Nicolás. Un día, hace unos cincuenta años aproximadamente, trabajaba en la jornada
nocturna, y eran las cinco de la madrugada, cuando de repente hubo un
derrumbamiento en una de las galerías. Él y uno de sus compañeros quedaron
atrapados bajo grandes cantidades de carbón.
Casi una hora después, tras oír los gritos de auxilio, un ayudante
de mi abuelo, que estaba trabajando con tan sólo trece años, intentó bajar a
rescatarlo. Tenía ya las manos llenas de sangre de quitar tierra para ayudar a
sacarlos y, al ver que era demasiado para él, tuvo que ir en busca de ayuda.
Cuando llegaron más refuerzos, el compañero de mi abuelo se había desmayado debido
a la situación en la que se encontraba.
Media hora después, y entre unas seis personas, incluyendo al
ingeniero y al capataz de la mina,
lograron sacarlos a los dos con vida.
Patricia Gutiérrez Díez. 2º de ESO
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