El 30 de noviembre, el alumnado del IES El Batán de 3º de ESO, junto con las profesoras Mónica y Elena, visitamos el Museo de Bellas Artes de Asturias con el fin de conocer algo más sobre Goya y Jovellanos.
Cuando llegamos, una guía nos informó sobre la visita y las normas que regían en el museo. Subimos a una sala en la que se ubicaba una exposición en honor al segundo centenario de la muerte de Jovellanos (1744-1811) que reunía unas 42 obras relacionadas con él y su entorno, entre las que figuraban dos cuadros de Goya: el retrato que realizó a Jovellanos en el arenal de San Lorenzo y el retrato del rey Carlos IV.
En el Retrato de Jovellanos en el arenal de San Lorenzo, Goya pinta a su gran amigo en Gijón, a pesar de que el artista nunca estuvo allí, gracia a que Jovellanos le dio todos los detalles para el cuadro.
Lleva un bastón y una llave colgada a su cintura, que representa el hecho de que fue alcalde de Casa y Corte. Los barcos que hay detrás de Jovellanos representan que, gracias a él, se construyó el último tramo que unía la meseta con el mar.
Hace unos años, se realizó una radiografía del cuadro y se descubrió el retrato de una mujer noble no identificada.
Después fuimos a otra sala en la que se encontraban los Caprichos de Goya, pero no los pudimos ver mucho tiempo.
Por último, entramos en una sala con mesas, cartulinas, hojas de peródicos y casi todo lo necesario para dibujar. La guía nos hizo reflexionar en qué pensarían Goya y Jovellanos si levantasen la cabeza, cómo verían el mundo y con qué estarían en contra. Hicimos dibujos diferentes: el excesivo uso de la tecnología, la crisis, la falta de empleo, la obesidad, el maltrato…
Antes de irnos, grabó a parte del alumnado y sacó fotos de las obras que habíamos realizado.
Jovellanos y Goya eran muy buenos amigos ya que a ambos les unían los mismos ideales y sentían una admiración mutua. Cuando Goya pintó este retrato, en 1798, Jovellanos trabajaba como ministro de Gracia y Justicia (estuvo en este cargo 9 meses). La firma de Goya en este cuadro aparece en el papel doblado que Jovellanos tiene en la mano.
En la esquina superior derecha hay un escudo, en el que se apoya Minerva, la diosa romana de la sabiduría, que ha sido identificado como el escudo del Real Instituto Asturiano de Náutica y Mineralogía, creado por Jovellanos en Gijón.
La postura de Jovellanos, apoyado en un escritorio, guarda relación con el capricho de Goya Nª 45, titulado El sueño de la razón produce monstruos.
Jovellanos perteneció a un movimiento cultural e intelectual europeo llamado la Ilustración, que se desarrolló en el s. XVII y que tenía como base fundamental que la razón humana combatiera la ignorancia, la superstición y la tiranía para hacer un mundo mejor.
Gaspar Melchor de Jovellanos, bautizado como Baltasar Gaspar Melchor María de Jove Llanos y Ramírez, nació en Gijón el 5 de enero de 1744. Estudió Filosofía en Oviedo, se licenció en Derecho y en la Universidad de Alcalá se graduó de Bachiller en Cánones. Fue oidor en la audiencia de Sevilla.
Formó parte de varias academias como la de San Fernando, que era de Bellas Artes, la Real Academia de la Historia y la Real Academia Española de la Lengua.
En 1778 el rey Carlos IV le nombró alcalde de Casa y Corte y en 1798 Godoy le nombra Ministro de Gracia y Justicia. Sufrió dos destierros: primero, en su tierra natal, Asturias (1790-1798) y después en Mallorca, en el castillo de Bellver (1801-1808).
En 1811, huyendo de un contraataque de las tropas napoleónicas se embarca en Gijón. Una enorme tempestad obliga a atracar el bergantín en Puerto de Vega. Muy enfermo, fallece el 28 de octubre.
Jovellanos firmaba sus obras literarias con el nombre de “Jovino”. En todas ellas su intención era pedagógica. En la poesía destacan Poemas a Clori, cuyo tema es el amor no correspondido, y otros poemas de carácter filosófico, moral y patriótico. También escribió una obra teatral titulada El delincuente honrado cuyo tema principal era la critica a las absurdas convenciones sociales. Pero Jovellanos destacó, sobre todo, por sus ensayos: Informe sobre la ley agraria, en el que denuncia la decadencia de la agricultura y propone reformas de la misma, o Memoria sobre la educación pública, a la que siempre consideró una inversión de futuro.
Jovellanos tuvo relación directa con Mieres, ya que su secretario personal era de este municipio y visitaba de vez en cuando a sus amigos, los Marqueses de Campo Sagrado, en cuyo palacio –actual IES Bernaldo de Quirós- se alojó mientras ideaba la carretera que diera salida a Castilla. Jovellanos también participó en la construcción de un puente que uniera las dos orillas del río Grande (el Caudal).
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