"LLa lengua nace con el pueblo; que vuelva a él, que se funda con él, porque el pueblo es el verdadero dueño de la lengua". Miguel Delibes a lengua nace con el pueblo; que vuelva a él, que se funda con él, porque el pueblo es el verdadero dueño de la lengua". Miguel Delibes

jueves, 2 de febrero de 2023

EL TESORO MÁS BONITO

Mi abuela se llama Berta y tiene 67 años. Es una de las muchas mujeres que ha tenido que ir a recoger agua o a lavar ropa en el lavadero ya que en las casas todavía no había agua corriente.

 

Vamos a comenzar hablando sobre la fuente y cómo se transportaba el agua hasta los hogares.

 

La fuente no tenía un nombre concreto, era la fuente que había en el centro de su pueblo, Caranga (Proaza).

 

La edad a la que iba a la fuente era sobre los 9 o 10 años; mínimo unas dos veces al día: una antes de ir a la escuela, y otra por la tarde. Pero en ocasiones, no era suficiente y se necesitaba ir más veces. Echaban el agua en un caldero de porcelana muy bonito, recuerdo que era un caldero de porcelana blanco y azul, en el centro tenía una hermosa flor que lo decoraba. Transportaba unos 15 litros ya que era la capacidad que llevaba hasta los agujeros que sostenían el asa. Además, si queríamos lavarnos la melena, necesitábamos mas agua de la necesaria.

 

 

Berta nos cuenta que para limpiar el caldero lo único que hacían era enjabonarlo bien con jabón Chimbo y luego lo aclaraban con agua. Todo esto lo hacían en el lavadero, que estaba pegado a la fuente.

 

A continuación, nos describe brevemente cómo era la fuente.

Era de piedra y tenia dos escalones también del mismo material, donde podíamos apoyar el caldero. El agua siempre estaba corriendo, no era una fuente como las de ahora que tienen grifo y puedes abrir o cerrar.

 

Cuando llegábamos a la casa con los calderos, los dejábamos encima de la encimera porque en el suelo había animales y esa agua era para todos los usos de la casa.

 

El agua, al ser de manantial, no hacia falta hacer nada con ella como en otros pueblos que sí era necesario hervirla.

 

Los días de romería, la fuente se enramaba. Ella no lo hacia pero sus hermanas, sí, y a día de hoy en el pueblo todavía se sigue haciendo. También teníamos que hacer muchos más viaje a la fuente.

 

Cuando el agua corriente llegó a cada una de las casas, fue una alegría enorme, no me lo podía creer.

 

 

A continuación, vamos a pasar a hablar sobre el lavadero.

 


Berta nos cuenta que solía ir con 9 o 10 años también. La distancia de mi casa al lavadero es la misma que de la fuente a mi hogar ya que estaban pegados prácticamente

 

El lavadero se dividía en dos partes, en una se enjabonaba toda la ropa y en el otro extremo se aclaraba toda.

 

Prácticamente ella tenia que ir todos los días al lavadero porque en su casa había niños pequeños y tenía que lavar todos los pañales. También nos cuenta que los pañales en aquella época no eran como ahora, estaban hechos de una gasa enorme, y por eso, la necesidad de ir todos los días al lavadero.

 

Respecto a los “detergentes” nos dice que antes no había sino que lo que utilizaban eran pastillas de jabón. Solo existían dos tipo y a día de hoy siguen existiendo, Chimbo y Lagarto.

 

Sobre la ropa.

Secaban la ropa retorciéndola y tendiéndola en sus tendales, que consistían en dos palos paralelos, a una distancia de 5 metros y una cuerda unida a los dos extremos. Para quitar las manchas a la ropa blanca, la extendían en un campo que tuviese hierba verde, ellas usaban la expresión “poner la ropa al verde”, que consistía en poner la ropa sobre el campo y dejarla al sol durante 3 horas aproximadamente. Siempre estaban pendientes de ella porque la iban regando para que no se secase. Una vez hacían este proceso, las prendas se iban al tendal.

Si estaba con gente de su edad en el lavadero, hablaban de chicos; pero si había mujeres mucho mayores, se callaban y solo escuchaban. Recuerda algunos de los cantares que cantaban en el lavadero:

Paxarinos que vais cantando, a la orilla de la fuente,

que subís y bajáis de repente

a coger los rayinos del sol.

 

Oí cantar un xilgueru en la rama de un ablano.

Anda, nena, ponte guapa, que tá llegando el branu.

 

La ropa la guardaban en el armario, pero antes la planchaban en unas placas de hierro que se ponían encima de la cocina de carbón.

 

Para Berta el significado del agua era vida. Sin agua en los hogares no hay vida. Donde había agua había alegría. Es el tesoro más bonito que te puede dar la vida.

 

Lucía Peral Bermúdez.

3º de ESO.


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