En el año 1955, un matrimonio formado
por Aurora y Jesús, acababan de ser padres de un niño llamado Sabino; ya tenían
otra hija llamada Mª Carmen que tenía cuatro años. Este matrimonio había
llegado a Mieres, desde el occidente de Asturias donde toda la familia era
marinera, en busca de un trabajo mejor que les permitiese sacar adelante a sus
hijos.
Jesús trabajaba en la mina, en el pozo Barredo,
pero había pedido cambio al pozo Polio porque en este le pagarían más dinero.
En noviembre de 1955, cuando Sabino
apenas tenía cinco meses de edad, Jesús se fue a trabajar y Aurora se quedó
cuidando de sus hijos.
En la mina hubo una explosión de dinamita
al lado de donde trabajaba Jesús. Aurora, al ver que él no volvía, salió a la
calle a preguntar qué había pasado y le dijeron que había habido una explosión
en la mina.
Aurora dejó a su hijo con la vecina,
fue a la mina para ver qué había pasado con su marido, y le dijeron que estaba
en el hospital porque él era uno de los heridos graves.
Aurora fue corriendo allí y le dijeron
que Jesús estaba al lado de la explosión y que llamara a la familia para que se
despidieran de él, porque iba a fallecer. Jesús se había quedado ciego y tenía
toda la cabeza al descubierto.
Cuando Aurora volvía a casa, llamó a la
vecina para que le diera a su hijo y esta le dijo que se lo había dado a otra
vecina, y estaba mal alimentado.
A pesar de todo, Jesús era un hombre
fuerte y sobrevivió, después de pasar cerca de un año en el hospital.
Fue una época muy dura porque Aurora
tuvo que deshacerse de sus dos hijos para cuidar de Jesús. A Carmen la envió a
un colegio interno y a Sabino, con su madre al pueblo. Con el tiempo, Jesús
aprendió braille y a convivir con su ceguera.
Aurora y Jesús con su hijo Sabino |
Jesús con su hijo Sabino en el barrio de Santa Marina. 1956 |
Jesús con uno de sus biznietos, el hermano de Hugo |
Hugo Fernández Iglesias.
2º de ESO
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