Mi abuela se llama María
Antonia Rufo Martín. Nació en 1941, en Miranda de Castañar, un pueblo de
Salamanca.
Su madre tuvo cinco hijas y
cuatro hijos, de los cuales, dos niñas y un niño murieron antes de cumplir los
cuatro años y, aunque mi abuela fue la quinta, no los conoció.
Su madre llevaba la casa,
los niños, aparte del trabajo en el campo; su padre se dedicaba al cultivo y al
ganado.
Mi abuela nunca fue a la
escuela. Tampoco se acuerda de jugar a ningún juego mientras era niña, solo
trabajar.
Cuando mi abuela tenía
10 años, su padre y su hermano mayor se marcharon a Asturias para trabajar en
la mina y al año llegó mi abuela sola, para lavarles la ropa, hacerles la
comida y mantener la casa.
Cuanto tenía 16 años, llegaron
su madre y sus cuatro hermanos restantes. Entonces mi abuela empezó a trabajar
de sirvienta en la casa de un médico hasta que con 22 años se casó con mi
abuelo, un albañil. Con él tuvo tres hijas y un hijo; la primera de ellas con
22 años.
El momento que ella recuerda
con más cariño es su boda.
Su pueblo, Miranda de
Castañar, cuando era niña, estaba compuesto por casas antiguas y ahora está
repleto de hoteles.
Isaac Fernández Losa. 2º de ESO
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