INTRODUCCIÓN
Mi abuela se llama Carmen y tiene 76
años. Nació y vivió en un pueblo de Lugo donde fue a la escuela. Me contó que
antes, en sus escuelas, no tenían los mismos medios que tenemos ahora para
estudiar.
Carmen, la primera por la izquierda, en la primera fila |
Los colegios estaban en los pueblos
y aunque todos los niños y niñas iban al mismo, los alumnos no se mezclaban. Había
un aula de niños y otra de niñas. No se juntaban ni siquiera al recreo, por lo
que las escuelas eran más pequeñas que las de hoy en día.
En aquella época, se comenzaba el
colegio a los seis años y los estudiantes de diferentes edades iban a la misma
clase siempre separados entre alumnos y alumnas.
El maestro y la maestra vivían en la
planta superior del colegio, en viviendas separadas.
Mi abuela dejó el colegio a los doce
años porque la maestra se puso enferma y, como en aquella época no había
sustituciones, daba la clase otra alumna mayor. Ella, con esa alumna, se aburría
por lo que dejó de ir a clase para ayudar en las labores de casa.
LAS AULAS
En cada aula había varios pupitres
de madera para los alumnos y otra mesa para el maestro. Detrás de la mesa de
este, se encontraba la pizarra que solo era de tizas. Encima de ella, era
obligatorio tener una foto, cuadro… del dictador Franco.
Colindante al encerado, había unos
mapas con los que se daba geografía. Las reglas, escuadras, cartabones y
compases eran de madera.
Se estudiaba con un solo libro, la
enciclopedia Álvarez, en el que estaban todas las materias principales y más
importantes: matemáticas, lenguaje, geografía e historia. Las alumnas tenían
otro tipo de asignaturas como costura…
EL MATERIAL
Los alumnos no llevaban mochilas
sino cabases, que eran unas cajas de madera con asas y decoradas.
Se escribía con un
pizarrín en una pizarra que era lo único que tenían.
EL RECREO
En los recreos los niños salían a
diferente hora que las niñas jugaban a la comba, al pilla-pilla, al cascayu...
Los niños jugaban básicamente a
deportes con pelotas que hacían de trapo.
Asier López Iglesias.
3º de ESO
Grab trabajo que nos deja constancia de como era el colegio, en este caso de mi madre. Relatos que no se pueden perder. Gracias Asier por tu gran labor y a ti Elena por tus iniciativa, que ayudan a mantener vivas las tradiciones.
ResponderEliminarMuchas gracias a ti, Belén, por dejarnos entrar en un recodo tan especial de la vida de tu familia.
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