Un
momento de felicidad en mi vida…he tenido más de uno, por lo que yo recuerdo, y
espero tener muchos más. Uno de ellos fue cuando mi hermano Carlos regresó de
Marruecos.
Esto
sucedió el pasado verano. Mi hermano y uno de sus mejores amigos decidieron
partir a Marruecos, pero no para hacer turismo sino que fueron a trabajar a un
hotel, gratis, a cambio de que los mantuvieran durante quince días. Cuando me
despedí de él, me besó en la frente; me marcó mucho puesto que no consigo
rememorar una situación en la que Carlos me hubiera dado un beso.
Al
principio, no lo echaba nada de menos; sin embargo, unos días más tarde, estar
sin él se convirtió en una sensación horrorosa. Se me hacía imposible tumbarme
en el sofá a ver películas sin que él estuviera o simplemente que él no me
despertara por la mañana haciéndome cosquillas. Me faltaba algo, bueno,
alguien. Por otra parte, veía a mi madre muy angustiada. Carlos no se podía
comunicar con nosotros todos los días, por tanto, cada vez que nos llegaba un
mensaje, a todos se nos ponía una sonrisa en la cara.
Finalmente
llegó la hora de que volvieran. Estábamos esperando todos en el aeropuerto con
unas ganas inmensas de verle. Entonces, apareció más moreno que nunca y con una
barba feísima. Corrí hacia él y le di un abrazo, fue un momento de felicidad
que no voy a olvidar. En esos días nada ni nadie me quitó la sonrisa. ¡Me encantaba
cuando me contaba sus anécdotas y me enseñaba las fotos! Lo eché mucho el
falta.
Natalia Díaz García. 4º ESO
No hay comentarios:
Publicar un comentario