te apuñalaría hasta el último aliento.
Tu sangre sería mi agua en el desierto.
El desasosiego de tu expresión
sería la libertad de mi alma.
Tu corazón, ennegrecido como el carbón,
me daría la calma.
Xira Ramos Souto. 2º de ESO.
La lengua nace con el pueblo; que vuelva a él, que se funda con él, porque el pueblo es el verdadero dueño de la lengua. Miguel Delibes
¡ Qué bien escribes Xira ! aunque este poema da un poco de miedo.
ResponderEliminarFelicidades
Blanca