Debíamos crear el nudo de Se necesita fantasma, de Arthur Conan Doyle, siguiendo su planteamiento y desenlace, que se presentan en cursiva.
Yo siempre había querido vivir en un castillo. Así que cuando leí en un anuncio que se había puesto un castillo a la venta, no me pude resistir. Era una mansión que tenía casi de todo; pero faltaba algo. Carecía de fantasma. Así que decidí pedir ayuda a mi primo Jack Brocket a fin de que me consiguiera un fantasma.
Confío en
estos asuntos en Jack porque él tiene muchos contactos. Por ejemplo, Jack
conocía a una bailarina casada con el primo del alcalde que era buen amigo de
la hermana del primo de una profesora de Primaria cuyo abuelo tenía una hermana
que tenía un hijo que era un científico loco que me ayudó en hacer la mezcla de
un Chihuahua y un Pitbull.
Pero aquí llegó
la gran sorpresa: Jack no conocía, ni sus conocidos conocían, a ningún
cazafantasmas. Al parecer, en esta época no quedaba mucha gente que siguiera creyendo
en fantasmas.
Pasaron
varias semanas mientras estaba totalmente desesperado. “¡Mi sueño del castillo
perfecto nunca se cumpirá!”, pensé.
Cierto día,
Jack me visitó a mi castillo con muy buenas noticias: había conocido a un
cazafantasmas en la taberna en la que siempre pasaba el rato libre.
- Jack, ¿estás seguro de
que es de confianza?- le pregunté.
- No te preocupes, lo
tengo todo controlado- me contestó.
El
cazafantasmas era el señor Abrahams.
El señor
Abrahams parecía un tipo bastante simpático, pero yo seguía sin estar seguro de
que fuera buena idea contratar a un desconocido.
El señor
Abrahams me dijo que ya tenía al fantasma preparado, pero que necesitaba
encariñarse con la casa un día y, por eso, solo podría estar acompañado por él.
Al parecer, el fantasma no podía estar presionado su primer día.
Antes de que
pudiera decir palabra, Jack aceptó y me invitó a dormir en su casa.
Al siguiente
día, entré en mi castillo y me llevé una gran sorpresa: ¡estaba desierto!.
Vi al señor
Abrahams corriendo hacia la puerta cuando yo entré y me dijo:
- -¡Fue terrible! El fantasma se ha enfadado. Al parecer era
un fantasma generoso y ha repartido practicamente toda la casa entre gente
necesitada. Mala suerte. Pero no se preocupe, se va conmigo y no volverá a
molestarle -me dijo el señor Abrahams por última vez. Y se fue con su coche a
todo gas.
No he vuelto a ver más mis
objetos de valor ni al señor Abrahams. Según la policía, el señor Abrahams era
un famoso ladrón. Debió de oír en la taberna que Jack Brocket necesitaba un
cazafantasmas y le brindó sus servicios.
Aleksandra Hodur. 3º B.
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