DE OLIMPIA A RÍO
Quien más y quien menos, todos hemos estado pendientes de los resultados
de nuestros atletas, tanto en los Juegos Olímpicos como en los Paralímpicos,
que se acaban de celebrar en Río de Janeiro (Brasil). Pero este importantísimo
evento deportivo no es algo nuevo, sino que viene desde muy atrás en el tiempo.
¿Sabéis quiénes inventaron estos juegos?
Los primeros Juegos Olímpicos de la historia se celebraron en la ciudad
de Olimpia, en la antigua Grecia, en el año 776 a.C.
La mitología asegura que los Juegos Olímpicos fueron creados por
Hércules, también llamado Heracles, como homenaje a su padre, Zeus. Otras historias
señalan al rey Pélope como el creador de este evento deportivo y religioso.
Cada cuatro años, durante el verano, llegaba gente desde todas las
partes de la antigua Grecia a la ciudad de Olimpia para asistir a los Juegos,
que duraban cinco días. Muchos participantes provenían de regiones que eran
rivales entre sí, pero durante la realización de los Juegos reinaba una tregua
sagrada en la que se suspendía cualquier tipo de hostilidad, ya que lo más importante
era su entusiasmo por el deporte.
Los Juegos Olímpicos también tenían una gran importancia religiosa y
cultural, ya que se celebraban sacrificios en honor a Zeus (de hecho, todos los
participantes de los Juegos Olímpicos, tenían que llevar un animal para que
fuera sacrificado en honor a este dios), ceremonias religiosas, actuaciones
musicales y teatrales, recitales poéticos, banquetes y otros tipos de
celebraciones. Además, favorecieron el desarrollo de la arquitectura, de la
escultura y de la poesía.
En los Juegos solo podían participar los griegos libres, y las mujeres
no podían ni asistir al evento ni intervenir en él. Los hombres competían
desnudos y a título individual, nunca por equipos. Al ganador se le colocaba
una corona hecha con hojas de olivo en la cabeza, y tenían el honor de poner
una estatua con su imagen en la ciudad de Olimpia. Cuando regresaban a su
ciudad de origen, eran recibidos como héroes, y podían ser recompensados con
dinero, regalos...
Las disciplinas deportivas que se practicaban en este evento eran: carreras,
tanto a pie como a caballo; luchas; boxeo; salto de longitud; y el pentatlón,
que consistía, como su propio nombre indica, en cinco pruebas (una carrera de
velocidad llamada dromos, cuyo
vencedor encendía el fuego sagrado en el altar de Zeus; lanzamiento de disco,
conocido como discobalia; lanzamiento
de jabalina, también llamado acontismo;
salto de longitud o halma; y lucha
libre).
Uno de los espectáculos que más éxito tenía era las carreras de
cuadrigas (carros tirados por cuatro caballos). Aunque estas carreras podían
ser muy peligrosas, el más violento de todos los espectáculos era, sin lugar a
duda, el pancracio, una mezcla de lucha libre y boxeo en la que se permitía
básicamente de todo.
Cuando en el año 146 a.C. los romanos conquistaron Grecia, los Juegos
Olímpicos fueron perdiendo importancia hasta que en el año 393 d.C. el
emperador Teodosio I los prohibió por considerarlos un espectáculo pagano.
Los Juegos tardarían algo más de mil quinientos años en volver a tener
lugar. No fue hasta el año 1896 en el que volvieron a celebrarse en Atenas
gracias a los esfuerzos del barón de Coubertin, Pierre Frédy, que llevaba
bastante tiempo soñando con unir en una competición deportiva a los deportistas
de todo el mundo, buscando únicamente la participación desinteresada de los
atletas.
Aunque han sido muchos los elementos que han cambiado desde la
antigüedad (las pruebas, el reglamento, la participación -tanto femenina como
multiétnica-, la vestimenta, etc.), el espíritu olímpico sigue siendo el mismo,
anteponiéndose el deporte a las rivalidades existentes entre los países que
acuden a participar juntos en este evento. Durante la celebración de los Juegos
Olímpicos, predomina la práctica del deporte, el sacrificio y esfuerzo de los
atletas, y la relación entre los deportistas del mundo entero.
Andrea Fernández Fernández.
1º de Bachillerato. Literatura Universal.
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